Al ritmo de las olas. Así escribe John Banville. Unas veces pausado, lleno de serenidad, otras revuelto, angustioso, impredecible. Y nosotros en la orilla, asistiendo asombrados al espectáculo. Digamos que casi hipnotizados por la prosa envolvente que nos conduce al interior de Max Morden. Un viudo diletante que regresa a la playa de su infancia. Un mar en el que tuvo su primer hallazgo y su primera pérdida. Amor y muerte. Un retorno a los sabores, a los olores, a los colores y sonidos de los primeros años, que le enfrentan al presente. A la muerte de su esposa.
Un niño y un hombre a merced del mar. A merced de la vida. Como todos.
"Hicimos lo que pudimos, Anna y yo. Nos perdonamos el uno al otro, por todo lo que no éramos. ¿Qué más podía esperarse, en este valle de lágrimas y tormentos? No pongas esa cara de preocupación, dijo Anna. Yo también te odié, éramos seres humanos, después de todo. No obstante, a pesar de todo, no puedo desembarazarme de la convicción de que me perdí algo, de que nos perdimos algo, sólo que no sé qué pudo ser"....
Parece un libro de recuerdos y para reflexionar interesante lo tendre en cuenta, un beso
ResponderEliminares maggnífico Rocío!!!
EliminarImpresionantes palabras. Lo tengo esperando desde el inicio del año; pero no llego a todo.
ResponderEliminarno tengas prisa, todo llega...
EliminarNo conocía este libro, pero tus palabras hacen que quiera leerlo, que me parece que es de estos libros que te llegan, que no se olvidan.
ResponderEliminarBesotes!!!
si margari, es lo que yo llamo un libro joya .)
EliminarJajaja, elena. Me asombra que llevamos a veces lecturas o ideas paralelas. Llevo unos días pensando en qué hacer con este autor, ya lo tengo claro. Un beso :)
ResponderEliminarPues ya comentaremos en twitter :-)
ResponderEliminarUf, volver al mar de antes... El mar guarda los recuerdos mejor que nadie. Un beso
ResponderEliminarEstoy todavía con el mar pendiente, le tengo ganas!!Ahora más!! Besos
ResponderEliminar