lunes, 16 de septiembre de 2013

La piedra de la paciencia

Esposas. Mujeres cautivas de sus matrimonios, prisioneras en sus hogares. Reas que cumplen condena sin haber cometido delito. Las hay en todas partes. Algunas visten burka.
Lacera el alma oír su voz. Acelera el corazón su alegría ante la liberación de ver a su marido casi muerto. Por fin desarmado y rendido el carcelero, el guardián de la fe y el honor.  Inspiran pena sus dudas sus pasos atrás, su miedo.
Un monólogo de Atiq Rahimi,  al estilo del Delibes de Cinco horas con Mario, que enarbola la bandera de la denuncia. Una mujer que enfrentada con el estado vegetal  de su esposo se decide a hablar. Contarle lo que nunca le dijo, abrirle su alma. Reivindicar su puesto, su espacio, su vida perdida. Confesiones destinadas a un cuerpo inerte que se convierte en su piedra de la paciencia, una piedra que absorbe todo y que al explotar libera tu alma.
Mujeres explotadas, desvalidas, sometidas al terror.  En Afganistán, también más cerca. Y aun así anhelantes de amor.
Un relato desgarrador. No se olvida.
Ah! Y también hay película.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Frida Khalo según Elena Poniatowska



Siempre he sentido fascinación por Frida Khalo. Su obra, su historia, su dolor me atraen como un imán. Sin embargo ha sido el retrato que la periodista Elena Poniatowska , que también fue su amante, ofrece en su libro las Siete cabritas, el que me ha abierto los ojos. Habla Frida con voz propia y no lo hace con el afán de agradar.
“Intenté ahogar mis dolores, pero ellos aprendieron a nadar.” Su enfermedad, su invalidez, la convierte en una niña especial, algo alocada y dotada de gran sensibilidad. Una niña que pese a todo mantiene su pasión por la vida, por la pintura, "pies para que los quiero si tengo alas para volar". Una mujer atormentada por la la pasión, esclava del amor y los celos por Diego Rivera. "Yo sufrí dos accidentes graves en mi vida, uno en el que un autobús me tumbo al suelo... El otro accidente, es Diego."
Poniatowska construye un relato conmovedor en el que vemos a una Frida que a pesar de sus limitaciones físicas no se conforma con jugar el papel destinado a las mujeres. "Las manos que ves tomaron la tijera y cortaron mi pelo, segaron los cabellos largos en el suelo, me vistieron de hombre, abotonaron los botones de mi bragueta y escribieron la canción: "Mira que si te quise fue por el pelo, ahora que estás pelona ya no te quiero". Todo lo pinté, mis labios, mis uñas rojo-sangre, mis párpados, mis ojeras, mis pestañas, mis corsés, mi desnudez, mi sangre, la sangre que salió de mi cuerpo y volvieron a meterme, los Judas que me rodean, el que cuida mi sueño en la noche, el Judas que me habita y no dejo que me traicione. Esta que ves nunca quiso ser como las demás; desde niña procuré distinguirme para que me pusieran en un altar. Supe siempre que en mi cuerpo había más muerte que vida. Desde pequeña me di cuenta, pero entonces no me importó porque aprendí a combatir la soledad. A un enfermo lo aíslan. A los amigos se les conoce en la cárcel y en la cama". Así se retrata. Así nos la explica Poniatowska. Así la adoramos. Frida.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Middlesex: la nueva tragedia griega

Ser hombre, ser mujer. Ser hombre y mujer a la vez. Tremenda cuestión propia de una tragedia griega la que Eugénides nos presenta en Middlesex. La voz de Calíope nos explica la situación en las primeras líneas: "Nací dos veces: fui niña primero, en un increíble día sin niebla tóxica de Detroit, en enero de 1960; y chico después, en una sala de urgencias cerca de Petoskey, Michigan, en agosto de 1974".Y ahí empieza la historia de esta singular metamorfosis. Un largo proceso que en compañía de los clásicos griegos y una familia inmigrante e inadaptada iremos recorriendo. De Esmirna a Detroit sin transición, aunque con algún tropiezo.
Una historia de mutaciones de transformaciones, en el sentido más amplio, pero también de ternura, de tradiciones, de contrastes.
Una tragedia en cuatro actos que nos lleva a plantearnos nuestra propia identidad: ¿somos lo que nos han dejado ser o lo que hemos logrado ser?
 No se si es la gran novela americana, pero yo la he disfrutado.  Calíope-Cal  formará ya  para siempre parte de mi universo, su mundo ya no me será jamás extraño. Eugenides, su prosa minuciosa y detallista, me ha ganado como devota. Repaso internet en busca de su bibliografía, también de su biografía, no puedo evitar el cotilleo...Pero no es a él al que quiero conocer si no a Cal, a su abuela Desdémona y a su hijo el volador. Son ya mi familia.


lunes, 2 de septiembre de 2013

Rayuela, aniversario con decepción

Recordando mi época de estudiante, para lo que hay que hacer un buen ejercicio de memoria, y aprovechando el cincuentenario de la publicación de “Rayuela”, acometí, con más entusiasmo por su significado histórico que  interés literario,  la lectura de la famosa obra de Cortazar que ha sido un referente tanto para la crítica como para lectores y escritores de la época. Siempre hemos oído elogios calificándola de “rompedora” “atípica” y descubridora de nuevas vías de crear literatura. Pero no pudo ser, no pude con ella y al llegar a la página doscientas, con todos mis respetos  para los que la alaban, le  di carpetazo y me liberé del lastre que me estaba sumergiendo en un aburrimiento insoportable. Me resultó un auténtico  “leñazo” y siguiendo mi máxima  de: leer sin disfrutar es abortar la afición a la lectura, la abandoné para dentro de otros cincuenta años. Para entonces espero tener mejor formación literaria.

Remitido por Pucho Méndez

sábado, 24 de agosto de 2013

A vueltas con Harry Quebert

Haciendo  una reflexión sobre esta novela  que, como  dice Elena, “engancha “me viene a la mente la valoración de las lecturas no sólo en función de su capacidad de captar al lector, cosa bien difícil, sino  también teniendo en cuenta su calidad literaria, y es aquí dónde encuentro el mercado saturado de obras que no tienen esa calidad que diferencia una gran novela de una novela “de paso”. Digo esto , porque  aunque considero la obra de Joel Dicker como un “ éxito de verano “ con grandes virtudes , plena de  emociones ,aventuras , y dando cuerpo a un auténtico  “Thriller” siguiendo  la línea del famoso “Millenium”  de Steig Larsson o “El  mundo entre costuras” de María Dueñas ,y a los que reconozco su mérito , los encuentro con falta de peso en la escritura es decir falta de trabajo sobre cada palabra escrita ,   exceso de hojas escritas que no aportan nada, diálogos para besugos , en definitiva una carencia de repensar  constantemente sobre lo escrito, tal como da la impresión que hacen escritores de gran talla, como, por  citar algunos  actuales: J. Marías , J.M. Coeetze  A. Munroe  etc.  Me acuerdo ahora de “los Enamoramientos” un magnífico Thriller en el que es difícil encontrar algo superfluo, y en el que  tenemos  , además de emoción, intriga ,  sospecha ,duda , aventura …etc.., un gran soporte literario en el que cuando finalizas de leer una hoja  , no puedes menos que pararte a pensar en la calidad de lo leído. Ahí radica la diferencia, una cosa es leer con emoción y suspense a “vuela página” y otra  es leer con admiración por hoja leída. Dada la inundación del mercado tratemos de elegir lo mejor sobre lo pasable..
Remitido por Pucho Mendez

sábado, 17 de agosto de 2013

¿Eres una mujer difícil?

John Irving nos ofrece un retrato femenino excepcional en Una Mujer difícil. Un historia compleja, prolija, con bifurcaciones. Un relato dividido en dos partes: La primera se lee del tirón. La segunda se reposa, se ríe y se vive. Maravillosos personajes femeninos: madres e hijas, esposas y novias. También prostitutas.Y en medio de los sentimientos, la literatura, el crimen, la investigación policial.
Muchas novelas en una. Pasión, ternura. Mujeres en la encrucijada. Mujeres ante la muerte, ante la vida, ante el amor. Y los hombres jugando un papel secundario, aunque a veces algo tenebroso.También personajes cargados de humor, de ironía.
Ruth viene al mundo porque sus hermanos han muerto. Un comienzo difícil, una vida compleja. La acompañamos en su infancia solitaria de niña sin madre y sufrimos las traiciones de sus novios canallas. Compartimos el amor-odio por su padre el escritor de cuentos y dudamos de su elección de marido. Añoramos a su madre y  gozamos al verla con un hijo. Toda una vida. Irving crea un mundo que nos cautiva. Escribe para ser leído. Y nosotros lo leemos.



martes, 13 de agosto de 2013

Trabajando con el enemigo



En las empresas todo el mundo está asustado. Por los pasillos corre más miedo que aire. Las jerarquías internas ya no son lo que eran, pero encontrar un buen jefe en estos tiempos de sálvese quien pueda es cada ve más complicado. Algunos de los ejecutivos responden a la presión a la que son sometidos por la mala situación económica fustigando a sus subordinados. Si su frase preferida es "ser jefe no es fácil", lo deja claro: no es de los buenos.
Fernando Marañón cuenta en su último libro: Defiéndete de tu jefe, cómo poner en práctica técnicas de autodefensa contra estos directivos que ejercen su autoridad sin tino y que pueden tener una importancia fundamental en nuestra carrera profesional e incluso llegar a fastidiarnos la vida privada, y hasta la salud.
Pero no todos todos los malos jefes son malos de la misma manera. Marañón esboza, entre anécdotas y pinceladas de humor, algunos de los perfiles más habituales que habitan las junglas empresariales y la mejor forma de convivir con ellos sin morir en el intento. Aquí están el psicópata, el narcisista, el autista y el histriónico. ¿Cuál nos ha tocado?
De todos los tipos que describe, el más peligroso, sin duda, es el psicópata. «No tiene emociones, es un ciego emocional. Se cree por encima del bien y del mal, presiona a muerte a todo el mundo, es mala persona y no quiere a nadie que no sea a él mismo. Se le permite cualquier cosa porque es muy bueno consiguiendo resultados, que es lo que quieren las empresas», explica. ¿Le resulta familiar? En casi todas las empresas hay uno. Aguantarlos no resulta fácil, ni cómodo, pero es necesario poner algunas tácticas sobre la mesa para sobrevivirles. Marañón nos recomienda ayudarle a conseguir sus objetivos profesionales, que nos vea como generadores de valor.«Yo tuve muy mala relación y enfrentamientos con algunos jefes y sobreviví porque les aportaba un valor que ellos necesitaban», explica. Luego hay otro camino, más sencillo para algunos, pero más esclavo. Convertirse en un pelota. «Es una técnica de supervivencia, pero te entregas de por vida y dejas de ser tú para que otro mande en tus designios», advierte.
El jefe tipo narcisista está centrado en él mismo, en su imagen, sus ideas, sus proyectos. Quiere una presencia continua de público. Hay que estar alerta porque el subordinado es su espectador preferido y deberá prestarle toda su atención. Roba las ideas a los miembros de su equipo y se las apropia. Necesita que le adulen y que le digan que todo lo hace bien.
El jefe de categoría autista no cree en el trabajo en equipo y no presta atención a las personas que trabajan con él, a los que ve como una carga que no le queda más remedio que tolerar. No quiere opiniones, ni aportaciones. No les habla, no les mira. Es muy poco innovador, no le gustan los cambios. La solución es darle siempre la razón y actuar según la tradición.
El histriónico valora sobre todo la relación social. Quiere figurar en el centro de todas las reuniones y estar al tanto de todos los cotilleos. No queda más remedio que reír sus ocurrencias y alabar sus trajes.
Una vez identificado el tipo de jefe que nos ha tocado torear hay que intentar convivir con él, no queda otra salida.
Marañón nos ofrece algunas pautas de defensa personal contra el jefe tirano. La primera es no competir con él: el comportamiento del jefe no tiene nada que ver con el empleado; él está librando su propia batalla, e interponerse en su camino sería toda una temeridad. La segunda, disfrutar de lo que se hace: concentrase en la profesión y las competencias propias. Trabajar con rigor y dentro de las reglas que son importantes para quien lidera. La tercera es no frustrarse: no hay que perder el ánimo cuando los esfuerzos pasan inadvertidos, los logros servirán para otros puestos. La cuarta estrategia es blindarse y confiar en las cualidades personales: afrontarlo como una fuente de entrenamiento en la que mejorará las habilidades sociales, aumentarán los conocimientos y la autoestima se verá reforzada en cada uno de los pequeños éxitos en esta difícil situación. Y sobre todo, no perder el sentido del humor.

Publicado en La Voz de Galicia