jueves, 30 de enero de 2014

Ahora que Menendez Salmon publica nuevo libro es hora de recordar sus inicios. La ofensa: un libro para reflexionar.

Menéndez Salmón, un joven escritor español que ha pasado ya de promesa,  nos regala en su obra La Ofensa un prosa cuidada y profunda apropiada para lectores avezados. Teje una historia atractiva de guerra, viajes y amor, pero la salpica de referencias culturales y filosóficas que nos permite aspirar a una segunda lectura y a una reflexión. Es un relato intenso para lectores reposados. A los que hayan leído El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad y su Kurtz (aqui Kurt) se les avivará el recuerdo del personaje en su viaje hacia lo terrible (salvando las distancias),  a los que hayan disfrutado con Seda de Baricco les volverá a envolver la emoción, el sentimiento contenido.
Pero Menéndez Salmón va más allá de la historia y nos obliga a plantearnos preguntas en este relato de corte filosófico. Nos lleva junto a Kurt por la Alemania de la Segunda Guerra Mundial para trasladarnos el miedo a la guerra, la estupidez de los héroes ( su padre le aconseja quedarse en la retaguardia), la herida de la crueldad.  Kurt es un mero espectador, un poco desnortado, a la espera de acontecimientos. Pero algo sucede y el horror de la guerra le hiere el alma de forma irremediable. Su cuerpo y su mente se divorcian de la realidad y pierde la sensibilidad. La evolución de una enfermedad tan peculiar plantea la cuestión de la reacción del ser humano ante el horror. Y también presenta la acción balsámica del amor y la ternura.
En la ultima parte, Kurt emprende otra vida en Inglaterra con una nueva identidad y con la enfermera como esposa. Pero la historia no perdona y la memoria tampoco. Kurt ha de enfrentarse a su pasado. El final sorprende y por eso no lo mencionaré. Esto no es Hollywood.



viernes, 17 de enero de 2014

Detectives nuevos y viejos . Preparando la semana negra con dos novelas que quitan el sueño.

Recupero esta reseña en memoria de Mankell, que falleció hoy.

Barcelona se prepara para su semana de la novela negra que se inaugura el ultimo fin de semana de este mes. Yo quiero ir abriendo boca con dos novelas del género criminal que os recomiendo para las siestas de invierno, aunque tal vez os desvelen... En una reencontramos a un viejo amigo, en la otra hacemos uno nuevo.
La primera nos la ofrece el gran veterano Mankell que vuelve a traer a escena un aventura de Wallender, escrita en el 2003 para el público holandés y reeditada ahora para el resto de los mortales. En Huesos en el jardín, Wallander sueña con comprar una casa de campo en cuyo bucólico jardín aparecerá un esqueleto. Escania como siempre será el escenario sobre el que el comisario desarrollará su pesquisas, en esta ocasión casi arqueológicas. El estilo ameno de Mankell nos envuelve en esta novela corta que es todo un regalo para los que en el 2009 despedimos de forma definitiva en el "El hombre inquieto" al peculiar personaje. Una propina que es casi un premio para los seguimos incansables a este policía huraño, solitario y caótico. Un prototipo de antihérore que come pizza  y descuida su salud y aspecto, aunque nunca sucumbe al desaliento. De lo mejor de la llamada novela negra nórdica.


La segunda novela negra  que os recomiendo viene de  la mano de Jean-Luc Bannalec, seudónimo con el que el novel autor de El misterio de Pont-Aven, firma su primera novela. El comisario Georges Dupin nos traslada a la Bretaña francesa, que se convierte en un personaje más dentro de la novela. Sus gentes, sus paisajes, costumbres o cocina, se presentan encantadoras y con gran detalle, casi al estilo de un libro de viajes. Si estáis pensando en visitar esta zona de Francia os convendrá leerlo, desde luego. Pero no todo se queda ahí, sino que la novela nos conduce por un asesinato complejo en el que a cada paso se descubren nuevas ramificaciones. Pintores, cuadros, herencias y rencillas, para una trama detectivesca de primera. Dupin, te seguiré la pista!

Un sentido adiós para Wallander y una calurosa bienvenida para Dupin. Un compañero más para mi amada  lista negra.


jueves, 9 de enero de 2014

Tres historias de mujeres para empezar el año con buen pie

La Navidad es tiempo de lecturas. De tardes de lluvia y frío arrebujado en el sofá. Este año me he regalado tres libros que creo que os gustarán.
El primero es Las vírgenes suicidas de Jeffrey Eugenides, como todo lo que he leído de él, Middlesex y La trama nupcial, me ha encantado. Tal vez hayáis visto la película de Sofia Coppola, yo todavía no, así que me enfrenté al libro con mis propias imágenes mentales. Son cinco hermanas adolescentes que presionadas por un entorno obsesivo religioso y claustrofóbico acaban por quitarse la vida. La terrible historia la cuentan años después los que fueron sus admiradores secretos, los vecinos de enfrente. Que trataron sin éxito de rescatarlas de su fatal destino. Trágica y envolvente la historia tiene también algunos golpes de humor y mucha ternura.

La segunda es Coral Glynn de  Peter Cameron, que  me sorprendió. Bajo el camuflaje de un novelón de época ofrece un relato moderno. La historia se arma como un folletín victoriano en que una chica huérfana y humilde va a parar a casa de un hombre adinerado que le pide matrimonio. Pero sorpresa, hay un crimen, una relación homosexual y otro pretendiente. Amor y lujo, si, pero más.

Y la tercera es Mujer de barro de Carol Joyce Oates. No es la novela de Oates que más me ha gustado, nada comparable a Mamá, pero sus referencias a la política de EEUU en la invasión de Irák me han llamado la atención, por lo críticas. Una niña abandonada y maltratada que se convierte en una mujer de éxito profesional y fracaso personal. Lo que más me gustó fue el principio, que aunque muy duro, retrata a la perfección el pavor de esa niña a la merced de la madre loca y cruel. Situación que la marcará de por vida.
Tres historias protagonizadas por mujeres para empezar el año. un año que promete. Vamos allá.