miércoles, 26 de junio de 2013

"El anarquista que se llamaba como yo" de Pablo Martin Sanchez‏. Una novela para las vacaciones.

Remitido por Pucho Méndez
Es un placer leer una “opera prima” tan buena como "El Anarquista que se llamaba como yo".  No se si merece mucho la pena entrar en la discusión sobre el futuro de la novela; que algunos cuestionan en su formato clásico (como es este caso) y apuestan por otras alternativas estructurales como única posibilidad de supervivencia  y nos remiten a la obra de Don Delillo y otros autores que se afanan en encontrar nuevas vías de novelar. Creo, y como ejemplo esta novela, que el futuro, como  siempre, está en la obra de calidad, ya sea esta innovadora o clásica pues siendo así tendremos siempre lectores ávidos que garantizan  su supervivencia. 
Pablo Martín nos relata aquí la invasión del territorio español en 1924, por un grupo de anarquistas españoles residentes en Francia, que deciden que ya es el momento de provocar la revolución y terminar tanto con la dictadura de Primo de Rivera como con la monarquía de Alfonso XIII. Lamentablemente toda la chapuza invasora terminará en un auténtico fracaso. 
Durante la  invasión nocturna  de Vera de Bidasoa se produce la muerte de dos guardias civiles y posteriormente, en un juicio sumarísimo (totalmente injusto), se determina la condena a muerte de tres anarquistas entre los que se encuentra el protagonista de la novela. La historia transcurre en una España cutre, miserable, dictatorial y caciquil, en la que el pueblo aguanta y sufre y los oligarcas y políticos de pacotilla disfrutan de la riqueza. Son aquellos años de principios de siglo con atentados, quema de iglesias, semana trágica de Barcelona etc. que no harán más que preparar el caldo de cultivo  para el futuro golpe de estado de Franco y la consiguiente guerra civil. 
Me encantó la ambientación de la novela, lo bien contada que está y me recordó la novela de Josefina Aldecoa  “Historia de una maestra”, que para mi es inolvidable. Debo decir que el autor sabe casar la historia y la ficción con rigor y amenidad y nos incrusta, en medio del entramado político, una bellísima historia de amor con  final inesperado. Merece la pena leerla por buena y por el poso de satisfacción que deja al terminar su lectura.

                                                                                                                                     

martes, 18 de junio de 2013

El mar de John Banville

Al ritmo de las olas. Así escribe John Banville. Unas veces pausado, lleno de serenidad, otras revuelto, angustioso, impredecible. Y nosotros en la orilla, asistiendo asombrados al espectáculo. Digamos que casi hipnotizados por la prosa envolvente que nos conduce al interior de Max Morden. Un viudo diletante que regresa a la playa de su infancia. Un mar en el que tuvo su primer hallazgo y su primera pérdida. Amor y muerte.  Un retorno a los sabores, a los olores, a los colores y sonidos de los primeros años, que le enfrentan al presente. A la muerte de su esposa.
Un niño y un hombre a merced del mar. A merced de la vida. Como todos.

"Hicimos lo que pudimos, Anna y yo. Nos perdonamos el uno al otro, por todo lo que no éramos. ¿Qué más podía esperarse, en este valle de lágrimas y tormentos? No pongas esa cara de preocupación, dijo Anna. Yo también te odié, éramos seres humanos, después de todo. No obstante, a pesar de todo, no puedo desembarazarme de la convicción de que me perdí algo, de que nos perdimos algo, sólo que no sé qué pudo ser"....

viernes, 14 de junio de 2013

La ridícula idea de no volver a verte de Rosa Montero . Un libro y dos visiones: ¿es un un libro que sana o que hace daño?


1.Un libro que sana. (Por Elena Méndez)
Esto no es un libro, es una medicina, un bálsamo que cura, un ungüento milagroso que libera el dolor malquistado . Un remedio que a veces escuece y hasta hace brotar lágrimas de ternura, de tristeza, de vida. Es un poema hecho prosa, un sentimiento que traspasa fronteras, que supera años y épocas para tejer ese hilo que hermana en el dolor y en el amor. Quién no soñó con ser madame Curie o por lo menos en seguirla. Yo lo soñé y ahora veo que apenas la conocía. Mi heroína era más cercana de lo que creía, más débil, más parecida a mí, a ti, a todas las que amamos, a las que no nos rendimos, a las que luchamos y fracasamos, a las que también a veces vencimos. Este libro es una medicina y como tal hay que tomarlo con precauciones, con cautelas. Si tu herida aun supura se prudente con la dosis. Si está enquistada, mira bien si precisa de este tratamiento de luz y vida o si será muy agresivo. Espero que estas líneas te sirvan de prospecto.




 2. Muy dura. ( Por Pucho Méndez)
 Es dura, muy dura, la novela de Rosa Montero. No, no es un bálsamo, es un duro recordatorio, un volver a vivir lo ya guardado bajo siete llaves, un rememorar tiempos de angustiosa enfermedad del ser amado, de mentiras  increíbles que sólo el enfermo quiere creer y que quiere que tu le cuentes, que  le digas que se equivoca, que hay esperanza cuando no la hay. No fue agradable el vivir las experiencias de Rosa ni las de Marie, fue un roce constante en la carne viva, fue  duro para el que lo ha pasado. Lo siento, pero no alivia no reconforta, sólo duele, duele mucho y emociona. Está todo tan bien escrito, tanto lo de Rosa como lo de Marie, que a pesar de la angustia creciente sigues leyendo para tratar de encontrar un alivio, un descanso, algo que te ayude. Pero no, no lo hay, y es que no hemos entendido el papel de la muerte en lo que es la vida. Sólo recuerdas  lo que debiste haber hecho y no hiciste, lo poco cariñoso que fuiste en la última conversación, lamentos que ya no sirven..Quizás la dosis fue muy fuerte para mi o no era el medicamento adecuado.

sábado, 8 de junio de 2013

Fusion, ópera y teatro. villa Puccini. pieza extra.

Puccini es un valor seguro. Apostar por Tosca, madama  Butterfly o La boheme es jugar con ventaja. Este es el secreto del éxito del espectáculo teatral Villa Puccini que combina un monólogo de Maria Luisa Merlo y las arias de Puccini interpretadas por la soprano magnifica Emilia Onrubia.
Una diva de la 'opera se enfrenta a los preparativos de su última función. Hace recuento de su vida, de sus amores y pasiones. Cada recuerdo vendrá acompañado por la interpretación de un aria emblemática del compositor italiano. Sobre el escenario también suena el piano.
Un espectáculo fusión de teatro y opera en el que todos ganan. Sola, perduta, abandonatta,  canta la diva, pero nosotros estamos con ella. Pieza extra, porque no todo van a ser libros.

miércoles, 5 de junio de 2013

Ana Karenina, mucho más que un libro




“Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada”.

Así comienza Ana Karenina.  Hay inicios que ya dicen mucho, y este es uno de los mejores que yo he leído. Pero no todo es empezar, y en un libro de 800 páginas escrito hace más de 100 años, los números cantan. Y cantan a premio gordo, porque donde esperabas un libro hallas veinte. Donde aguardabas  una historia de amor trágica, encuentras una alegato a favor de la libertad de la mujer para decidir sobre su vida. Un manifiesto filosófico sobre la condición humana, sobre el amor, sobre los celos, sobre la venganza. Una madre desesperada y confusa que sufre el desprecio social y paga la osadía de pretender ser ella misma y jugar su propio papel en la vida. Una mujer infiel que se mantiene apegada a sus principios, y muere por ellos en una escena de un dramatismo arrollador. Tremenda.
Junta ella está Kitty, su contrapunto, toda dulzura e ingenuidad. Y su esposo, Levin, un hombre de campo de la época que nos traslada a los pensamientos más profundos de Tolstoi sobre el ordenamiento social, el papel de la iglesia y la situación de los campesinos. Tradición y modernidad. 
Un clásico que no ha envejecido y que se lee y se entiende hoy como en 1873. Si tienes agallas no te los pierdas, afronta el reto. 
(Me gustará ver como meten todo esto en una película.Por cierto, que según Tolstoi, Ana era gorda.... )